El asma es una enfermedad inflamatoria crónica de la vía aérea (bronquios), que provoca episodios recurrentes de sibilancias, opresión torácica, dificultad respiratoria y tos. Estos episodios van asociados generalmente a una obstrucción generalizada pero variable a la entrada y salida de aire en cada respiración, que a veces ceden espontáneamente y otras, solo con tratamiento.
Síntomas de Asma
Las características clínicas del asma incluyen:
- Tos, siendo el síntoma más frecuente, la mayoría de las veces seca, pero en ciertas ocasiones puede acompañarse de secresiones blanquecinas.
- Dificultad para respirar, desde una sensación leve hasta una severa dificultad respiratoria.
- Sibilancias (silbidos en el pecho), a veces audible desde lejos.
- Dolor u opresión en el pecho. Estos síntomas suelen presentarse de forma recurrente y tienen un carácter variable en el tiempo y en el espacio. La gravedad del asma se clasificará teniendo en cuenta la intensidad y frecuencia de los síntomas clínicos y las alteraciones de la función pulmonar (Espirometría).
¿Cuál es el diagnóstico de esta enfermedad?
El asma se caracteriza por episodios recidivantes de tos, sibilancias y dificultad para respirar. En ocasiones, es frecuente que el único síntoma de asma sea una tos persistente y recidivante (equivalente asmático) que empeora con el ejercicio físico. El diagnóstico de asma se basa en la clínica y en la demostración de una obstrucción reversible al flujo aéreo mediante espirometría forzada y prueba broncodilatadora; se admite como positiva un aumento del 9% o superior sobre el valor teórico o sobre el valor inicial (basal). El diagnóstico de asma se basará en la clínica (episodios recidivantes de tos, sibilancias y dificultad respiratoria) y en la demostración de una obstrucción reversible al flujo aéreo que se realizará mediante espirometría En los niños no colaboradores, en general menores de 6 años, el diagnóstico de asma será clínico y por exclusión.
Identificación de Factores Desencadenantes
Es importante identificar los factores que pueden desencadenar las crisis de asma, que terminan siendo un rasgo característico de la enfermedad en cada paciente en particular. Estos episodios de crisis asmática, suelen estar desencadenados por determinados factores que actúan provocando la broncoconstricción, ellos son:
- El ejercicio físico es el desencadenante más frecuente de episodios reportados de síntomas asmáticos en los niños el aire frío y el ejercicio,
- Las infecciones respiratorias (gripe, Resfrío, Faringitis, etc.)
- El cambio de un lugar frío a otro cálido o viceversa
- El smog, la polución y contaminación ambiental.
- Ciertos alergenos ambientales (elementos que desencadenen alergia): polvo, pólenes, pelo de animales o peluches, etc.
- El reflujo gastroesofágico.
- Cambios ambientales (cambio de casa, de colegio).
- Factores emocionales (separación familiar, llanto, risa).
- Humo del cigarrillo.
- Determinados alimentos y aditivos.
- Medicamentos antinflamatorios, como la aspirina.
Enfermedades asociadas
Es frecuente que el asma se asocie a enfermedades como la Dermatitis atópica y la Rinitis. Asociaciones que no incrementan la gravedad del asma ni mayor dificultad para el tratamiento
Antecedentes familiares
La presencia de Asma /atopia en padres o hermanos antecedentes familiares suele estar presente, pero no quiere decir que todo asmático vaya a tener hijos asmáticos
¿Cuál es su tratamiento?
- Evitar el tabaco. Los pacientes asmáticos que son fumadores tienen peor control de la enfermedad y menor respuesta al tratamiento farmacológico. Se recomienda a todos los pacientes asmáticos dejar de fumar, así como evitar el tabaquismo pasivo.
- Actividad física. Realizar actividad física de forma regular mejora la tolerancia al esfuerzo de los pacientes.
- Evitar la contaminación ambiental. No realizar ejercicio en el exterior los días de alto nivel de contaminación ambiental.
- Vacunación. Se recomienda la vacunación antigripal todos los años y antineumocócica a los pacientes con asma moderada-grave.
- **Ácaros del polvo. **Disminuir alfombras, cortinas, peluches y objetos que acumulen polvo. Realizar la limpieza del polvo doméstico con un paño húmedo, lavar la ropa de cama al menos dos veces por semana a altas temperaturas, usar fundas antiácaros para el colchón y la almohada.
- Pólenes. Evitar permanecer mucho tiempo al aire libre los días de alto nivel de polinización, se debe conocer el tipo de polen al que se está sensibilizado (factores desencadenantes) y las estaciones en las que predominan.
- **Hongos. **Ventilar los ambientes de la casa y evitar las humedades.
El tratamiento del asma tiene como objetivo mejorar los síntomas del paciente y evitar las crisis asmáticas. Se debe ajustar periódicamente, de una forma escalonada en función de la gravedad y el control de los síntomas. La mayoría de los tratamientos del asma se administran de forma inhalada, logrando un efecto local a nivel de las vías aéreas, con menos efectos secundarios.
Existen dos grupos de fármacos inhalados:
- Broncodilatadores. Son fármacos que abren o dilatan las vías aéreas, pueden ser de acción corta o de acción larga.
- Corticoides. Son antiinflamatorios que disminuyen la inflamación de las vías aéreas.
Existen dos estrategias de tratamiento:
- Tratamiento de “rescate”. Ayuda a aliviar la sintomatología de forma rápida administrando un broncodilatador de acción corta, que empieza a actuar en pocos minutos (salbutamol).
- Tratamiento de mantenimiento. Permite el control de la enfermedad y previene la aparición de crisis. La base del tratamiento son los cocorticoides inhalados (Budesonide, Fluticasona) que se pueden administrar solos o en combinación con los broncodilatadores de acción larga (Salmeterol. Formoterol).
Otros tratamientos que ayudan a controlar la enfermedad son:
- Antagonistas de receptores de leucotrienos. Se toman por vía oral, también tienen una acción anti-inflamatoria (Montelukast).
- Antihistamínicos. Ayudan a controlar los síntomas de la alergia (Loratadina, Cetirizina).
